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viernes, 8 de junio de 2012

Constelaciones Familiares


¿Conoces las constelaciones familiares según Bert Hellinger? Es una de las formas más eficientes y populares de inducir cambios inmediatos en el alma personal y en el alma colectiva de un sistema. Vale “la pena” que las conozcas a fondo si te interesa entender los procesos del alma, y entender lo poco genuinos que nos comportamos, cuando nos bañamos en un campo morfogenético (CMG, ver el termino en otro artículo) que no conocemos.

La constelación familiar es uno de los pocos métodos de resolución de problemas sistémicos que sea puramente POSICIONAL. Por esta razón tiene su máxima eficiencia. Al revés conocemos todos el antípoda de una terapia posicional: es todo trabajo puramente mental-analítico, que permite “comprender todo” con la mente, pero sin REPOSICIONARSE ni siquiera mínimamente... Esta suerte de elaboración lleva a personas encarceladas en su soberbia de “entender”, mientras sienten la impotencia de no saber cómo cambiar los hechos de verdad, porque las cosas cambian con las posiciones, no con las teorías.

Te describo de manera sencilla y a grandes rasgos cómo se practica una constelación en su forma más común: 
Se necesita un grupo de personas que tenga la mayor incondicionalidad posible. (Cada “negatividad” personal se suma a la energía álmica grupal como el timbre de un celular se sumaría a un concierto sinfónico). El participante que elige constelar un tema específico selecciona de las personas presentes los que serán representantes de su entorno familiar de origen (pasado) o actual, después de haber formulado de manera clara el propósito de su constelación. (Por ejemplo “quiero saber por qué me gusta auto-sabotearme en todos mis proyectos, y quiero liberarme de esto”). Él POSICIONA a los cuerpos de los representantes, acorde a lo que percibe como están posicionados sus familiares (de manera inmaterial) entre ellos en la vida (no es “de memoria”, sino que el posicionamiento está siendo percibido en tiempo real). Estos representantes físicos se conectan con los campos morfogenéticos de la persona, por el simple hecho de estar dispuestos a hacerlo y haber sido puestos en las “líneas de fuerza” como viruta de hierro en el campo magnético de un imán. Después de unos segundos o minutos, cada representante empieza a percibir lo que le dicta el campo... y cambia su posición, su voz, su mirada, su manera de pensar, y sus maneras de vincularse con los otros representantes y espeja de manera fiel lo que ocurre en la familia (álmica) real de la persona que constela. La rapidez con la que nace este proceso depende de la incondicionalidad del representante, del “vacío” que él consigue poner a disposición, sin mezclar su propia historia con la que está representando, y de su experiencia previa en hacerlo. El arte del terapeuta facilitador pasa por tres fases: -La primera fase es la de destacar la patología hasta encontrar sus causas, amplificando los movimientos hasta las posiciones reales, que no son necesariamente las que percibió la persona que constela (en esta fase surgen generalmente todos los factores ocultos en un sistema: abortos, homicidios, homosexualidad, abusos, robos, amantes...). 
-La segunda fase se trata de facilitar un reposicionamiento: reconciliación, perdón, tomarse tiempo para percibir al otro, o a su impotencia, a su sufrimiento, etc. Esta etapa tiene como objetivo conseguir una energía de bendición, depende de la experiencia laboral y personal del terapeuta, y especialmente de la rigidez de algunas personas en la familia real del participante. Si el facilitador observa que surge alguna proyección personal del representante, hay que intercambiarlo por otro, lo que permite “limpiar” la autenticidad de lo representado. 
-La tercera fase trata de “sellar” el reposicionamiento de almas conseguido. Sale el representante elegido y entra al grupo la persona que planteó la problemática (que estaba siendo representada), para vivenciar personalmente como se siente de manera posicional (y no mental) el momento del encuentro, de liberación y de limpieza de su historia. La constelación se sella con un agradecimiento a cada representante para dejarlo libre del campo con el que se había vinculado. Esto es necesario para que nadie quede “pegado” al rol prestado... Hay casos en los que algunos espectadores de la constelación sufren resonancia con su propia historia y quedan involucrados involuntariamente. A ellos también, el facilitador deberá ayudarlos a recuperar sus propios campos.

La constelación familiar permite constelar más allá de una temática familiar puntual. Por ejemplo se pueden constelar también temas laborales o conflictos internos que surgen de dualidades por decisiones a tomar. Se entiende que se trata en todos los casos de reacomodamiento entre campos morfogenéticos.
Así de sencillo es... y es increíblemente eficaz: Una vez de regreso a tu casa, puede haber un mensaje en el contestador de alguien que no te quería hablar desde hace años, puede haber paz entre personas anteriormente peleadas, puede haber cambios en el comportamiento de un hijo discapacitado, etc.... Los campos álmicos no son limitados al espacio físico como nuestros cuerpos, sino que son como las ondas de nuestros celulares: Los llamados llegan a su destino por código, sin que sepamos dónde está geográficamente la persona que llamamos.

Conseguir el perdón es un camino hacia la bendición, es un servicio hacia la inclusión: significa que es un aumento de incondicionalidad capaz de permitir la convivencia auténtica y constructiva de fertilización mutua, para aprender en esta gran escuela que es el Arte de Vivir.

Todos estamos constelando a diario sin darnos cuenta. A tal punto que podemos actuar totalmente enajenados de lo que SOMOS. Esto lo observé en mis hijos cuando, por ejemplo, estaban de visita en la casa de otra familia y tenían comportamientos distintos que en casa. Habrás escuchado la frase: “mi hijo está terrible, nunca para con su hiperactividad, me rompe todo, no se concentra en sus deberes, y cuando está en la casa de mis vecinos dicen que es un ángel, que puede leer tranquilo durante horas...” ¿qué hace que tengan ese cambio de conducta? Es el mismo SER, posicionado en resonancia con campos distintos. También es fácil reconocer que nuestros hijos se pelean o buscan juegos agresivos cuando hay “chispas en el aire” entre los padres o parientes, mientras los mismos hijos están cantando y en armonía mientras caminamos felices en un bosque encantador buscando alguna frutilla. A estos CMG distintos se le suman las circunstancias físicas del ambiente: el cansancio, el hambre, la hipoglicemia, la luz, el ruido son también campos morfogenéticos, pero físicos, y aumentan el contraste en estas diferencias.

Si tienes la posibilidad de observar cómo cambia una persona cuando es capaz de desvincularse de los mandatos tóxicos de su familia, eres testigo de un cambio de acciones, que indica un cambio de conducta en su vida, como consecuencia de un cambio de posició.

Jean Niklaus, médico, Pres. de la Fundación Medicina de Sistemas
www.medicinadesistemas.blogspot.com
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