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lunes, 4 de junio de 2012

Alzheimer: Morir lentamente en un cuerpo vivo


Muchos alumnos me preguntan: Cual es la razón para que haya cada vez mas casos de Alzheimer y demencia, y si conozco algún “truco” desde la Medicina de Sistemas para enfrentar esta plaga con más eficiencia?

Las causas conocidas en el plano físico son una complementariedad de factores: 
1) factores genéticos, 2) factores físicos (funcionales, metabólicos) adquiridos 3) factores emocionales 4) factores infecciosos 5) factores inmunitarios y auto-inmunitarios.

1) Factores genéticos: Son los que menos podemos influenciar, obviamente. La búsqueda científica actual tiende a comprenderlos y a desarrollar substancias capaces de modificar las consecuencias de ellos. Hay muchas páginas especializadas que te ampliarán este punto.

2) Factores físicos adquiridos: Existen múltiples factores ambientales que influyen sobre nuestro cuerpo: La acidez metabólica libera los iones metálicos de sus depósitos y permite una constante transferencia (gota por gota, a lo largo de los años) en el sistema nervioso central. También la acumulación de otros tóxicos (Por ej. Pesticidas, metales pesados) y su consecuencia metabólica (p.ej. reducción o exclusión del Zinc) comprometen la regeneración de vasos sanguíneos, lo que lleva a disfunciones en la irrigación del sistema nervioso, o que compromete masivamente los procesos de desintoxicación general o locales. La alimentación con lácteos está también en la mira de algunos con sus secuelas potencialmente tóxicas para ciertos tipos de pacientes (Noción de “terreno metabólico”) Las cicatrices que tenemos también pueden influenciar nuestro metabolismo. Las irritaciones o infecciones en las encías y en la zona de la raíz de los dientes juegan un rol determinante en el conjunto de causas que encontré en casos de enfermedades graves, y son casi siempre un factor clave para la velocidad de un proceso destructivo.

3) Factores emocionales: Otra clave de la demencia en general (no solo del Alzheimer!) es la cantidad de tabúes que una persona ha sostenido en su vida. Es como si cada rigidez de “principios” y de prejuicio tuviera su sitio de resonancia en el cerebro, y que esta zona se estaría endureciendo, envenenando o degenerando. Se crea una multitud de focos degenerados, en los que las células nerviosas se ven reemplazadas por células de tejido conjuntivo. La flexibilidad mental y emocional, el trabajo activo, obliga a cuidar todos los “rincones” de nuestros hemisferios lo que nos da una cierta garantía en contra de la demencia, pero desgraciadamente no con certeza en contra del Alzheimer.

4) Factores infecciosos: Ese factor me parece el más importante detrás de la pato-fisiología física del Alzheimer. Tenemos la tendencia de acumular infecciones simultáneas de manera proporcional a nuestra edad, a nuestras disfunciones metabólicas, y a nuestra pasividad (sedentarismo, reproches hacia la vida, “dejarse decaer”, etc.) Los ejemplos más comunes son: Irritación del estómago por el Helicobacter pilori, infecciones virales crónicas en la boca y la garganta, bacilos anaerobios en la boca, especialmente en las zonas de las raíces dentales. Irritaciones crónicas en el ombligo, tolerancia inmunitaria de hongos en la piel de los pies o en la zona genital, infecciones en las capas intermediarias de los vasos sanguíneos, infecciones recidivantes en la vejiga, y en los sinos maxilares o frontales. ¡Hay personas que tienen todas esas a la vez! Si no tienen una genética determinante para Alzheimer, solo tendrán una mala salud, pero no desarrollarán Alzheimer... al revés, quienes tienen la genética desfavorable tendrán una evolución más rápida de su Alzheimer.

5) Factores inmunitarios y auto-inmunes: Ellos están especialmente determinados por los dos factores anteriores (3 y 4) y llevan a procesos de cronicidad o de auto-destrucción de tejidos.

6) El tiempo: El paciente con Alzheimer es “prisionero del ahora”, ya que se ha disuelto el acceso a las memorias de su pasado (Yin), y que no puede sostener una planificación hacia el futuro (Yang). El “ahora” es nuestra prioridad cuando tenemos acceso a la polaridad, pero es por así decir una suerte de cárcel si perdemos el acceso a ella. Por suerte, perder el acceso en lo físico es algo momentáneo como la relatividad de duración de un cuerpo físico, mientras en el nivel del alma nada se pierde, como lo veremos en otras publicaciones. Quienes han perdido su línea de tiempo están sencillamente “presentes”, y somos nosotros que representamos todos sus recursos polares: la seguridad y las memorias del pasado, la constancia y la orientación hacia algún futuro cercano. Es como si fuésemos el camino y el bastón en la caminata del paciente con Alzheimer.

¿Qué hacer entonces? 

- Cuidar que no se acumulen metales pesados en nuestro organismo: El mercurio del termómetro, de las lámparas de bajo consumo que se rompen, o de las amalgamas. El cadmio de las grasas de carne y de pescado o de los colorantes amarillos, rojos y morenos contenidos en plásticos, el plomo de las tuberías antiguas de agua o de alguna estructura de “plomería” por ej. del techo.
 
- Cuidar de no acumular metales tóxicos en el cuerpo, especialmente el Aluminio: Se encuentra en las ollas baratas o en algunos de los antiácidos para el estómago
 
- Cuidar de no consumir sin saber pesticidas y otros tóxicos, ya sea por no seleccionar y limpiar los alimentos, o por el uso de insecticidas en la casa, o por tocar pinturas y substancias que usamos en el trabajo, o en nuestros hobbies.
 
-Evitemos la pasividad en todas sus formas: Enfrentemos los desafíos, aprendamos cosas nuevas como nuestros abuelos aprenden computacón, hagamos yoga en vez de consumir resultados deportivos en la tele, respiremos en vez de comprar oxígeno, invitemos en vez de dejarnos invitar, cultivemos excepciones en vez de hacernos encarcelar por costumbres, etc...
 
- Aclaremos todos los tabúes que podemos reconocer. Cada oscurantismo llega a una zona oscura en la creación, en vez de crear una zona de luz, bien irrigada y limpia. Hasta “lo imperdonable” tiene que salir a la luz, y desafiar nuestra incondicionalidad hacia la vida, nuestra sabiduría y nuestra capacidad real de amar. No nos olvidemos que todo lo que vive se nutre de oscuridad que sale a la luz: El abono en la tierra, el “descubrir” o “desvelar”, el “nacer”, el “liberar”, etc... ¡No podemos esperar que nuestro cuerpo funcione perfectamente si nosotros no funcionamos a favor de la vida!
 
- Evitemos los excesos de lácteos, y aprendamos a disfrutar de vez en cuando, pero de verdad, lo que más nos cuesta dejar. 
- He recibido muy buenas retroalimentaciones de pacientes que hicieron “baños iónicos” de pies. Es un sistema muy controversial pero sin peligro si la instalación está correcta, que polariza las membranas de los vasos sanguíneos a partir de tensiones entre 18 y 28 volt, produciendo una electrólisis del agua con producción de espuma, color y óxidos metálicos. Lo hemos testeado con rigor científico en tres clínicas de mi red interdisciplinaria entre 1999 y 2004 con resultados nítidamente positivos en algunas marcas, y poco convincentes en otras marcas. La marca más eficiente en nuestros testeos se llamaba “BodyDetox”. (¡no tengo acciones allá ni preferencias personales!) No se sabe mucho sobre el mecanismo de acción, lo que invita a las hipótesis. Pudimos comprobar que el aluminio, el plomo, el cadmio y el mercurio se eliminaban de manera forzada a través de la orina de los pacientes luego de cada aplicación. Lo importante es que puede ayudar.
 
- Por suerte, los últimos años han permitido llegar a medicamentos químicos mucho más eficientes, que permiten cambiar radicalmente el proceso de degeneración.
 
- No desesperemos por ver a una persona regresar a un estado de total dependencia. Es como una flor que se está marchitando: ¡No significa que el agua también se marchitará! Un ser humano en proceso de Alzheimer, como el agua, está siempre igual, a pesar de que sus canales de comunicación con el mundo físico se apaguen, de manera similar al telecomando de un vehículo, cuyas pilas no alcanzan más para que pase la información.

El cuerpo necesita del sistema nervioso para traducir la presencia del ser inmaterial que somos como un celular necesita de su antena para traducir la presencia de una onda inmaterial que te está llamando. La destrucción progresiva del sistema nervioso es entonces como una antena rota con cortocircuitos en tu celular: Una vez pasa la presencia, otra vez no pasa. Finalmente, el celular está sin uso, y el llamado tampoco llega a destino. Esta “separación entre los mundos” de dimensionalidad distinta es suficiente para reducir las funciones de organización a un mínimo, pero no suficiente como para apagar las funciones vitales de quien está afectado por esta enfermedad... Es una suerte de muerte en un cuerpo vivo, en el que el espíritu de la persona está cautivo en un cuerpo con el que no tiene más interacciones completas. Aun así puede ser una situación altamente evolutiva tanto para la persona afectada como para su entorno. Es tiempo de revisar las heridas, los prejuicios y los odios del pasado, y de permitir que las energías que les acompañaron se limpien. Una vez que este proceso ha terminado, el ser cautivo en un sistema destruido puede liberarse de las huellas que dejó, y empezar de nuevo su camino de autodeterminación en su viaje evolutivo.

Espero que ese escrito pueda dar alguna orientación, y algún consuelo para los miembros de las familias afectadas. Si tienes alguna sugerencia para que publique más informaciones valiosas, ¡envíamelas por mail!

Jean Niklaus, médico, pres. de la Fundación Medicina de Sistemas
www.medicinadesistemas.blogspot.com
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