Muchos alumnos me preguntan: Cual es la razón para que haya cada vez mas casos de Alzheimer y demencia, y si conozco algún “truco” desde la Medicina
de Sistemas para enfrentar esta plaga con más eficiencia?
Las causas conocidas en el plano físico son una
complementariedad de factores:
1) factores genéticos, 2) factores físicos (funcionales, metabólicos) adquiridos 3) factores emocionales 4) factores infecciosos 5) factores inmunitarios y auto-inmunitarios.
1) factores genéticos, 2) factores físicos (funcionales, metabólicos) adquiridos 3) factores emocionales 4) factores infecciosos 5) factores inmunitarios y auto-inmunitarios.
1) Factores
genéticos: Son los que menos podemos influenciar, obviamente. La búsqueda científica
actual tiende a comprenderlos y a desarrollar substancias capaces de modificar
las consecuencias de ellos. Hay muchas páginas
especializadas que te ampliarán este punto.
2) Factores físicos
adquiridos: Existen múltiples factores ambientales que influyen sobre nuestro
cuerpo: La acidez metabólica libera los iones metálicos de sus depósitos y
permite una constante transferencia (gota por gota, a lo largo de los años) en
el sistema nervioso central. También la acumulación de otros tóxicos (Por ej. Pesticidas,
metales pesados) y su consecuencia metabólica (p.ej. reducción o exclusión del
Zinc) comprometen la regeneración de vasos sanguíneos, lo que lleva a
disfunciones en la irrigación del sistema nervioso, o que compromete masivamente
los procesos de desintoxicación general o locales. La alimentación con lácteos está
también en la mira de algunos con sus secuelas potencialmente tóxicas para
ciertos tipos de pacientes (Noción de “terreno metabólico”) Las cicatrices que
tenemos también pueden influenciar nuestro metabolismo. Las irritaciones o
infecciones en las encías y en la zona de la raíz de los dientes juegan un rol
determinante en el conjunto de causas que encontré en casos de enfermedades
graves, y son casi siempre un factor clave para la velocidad de un proceso
destructivo.
3) Factores
emocionales: Otra clave de la demencia en general (no solo del Alzheimer!) es
la cantidad de tabúes que una persona ha sostenido en su vida. Es como si cada
rigidez de “principios” y de prejuicio tuviera su sitio de resonancia en el
cerebro, y que esta zona se estaría endureciendo, envenenando o degenerando.
Se crea una multitud de focos degenerados, en los que las células nerviosas
se ven reemplazadas por células de tejido conjuntivo. La flexibilidad mental y
emocional, el trabajo activo, obliga a cuidar todos los “rincones” de
nuestros hemisferios lo que nos da una cierta garantía en contra de la
demencia, pero desgraciadamente no con certeza en contra del Alzheimer.
4) Factores
infecciosos: Ese factor me parece el más importante detrás de la pato-fisiología
física del Alzheimer. Tenemos la tendencia de acumular infecciones simultáneas
de manera proporcional a nuestra edad, a nuestras disfunciones metabólicas, y a
nuestra pasividad (sedentarismo, reproches hacia la vida, “dejarse decaer”,
etc.) Los ejemplos más comunes son: Irritación del estómago por el Helicobacter
pilori, infecciones virales crónicas en la boca y la garganta, bacilos anaerobios
en la boca, especialmente en las zonas de las raíces dentales. Irritaciones
crónicas en el ombligo, tolerancia inmunitaria de hongos en la piel de los pies
o en la zona genital, infecciones en las capas intermediarias de los vasos sanguíneos,
infecciones recidivantes en la vejiga, y en los sinos maxilares o frontales.
¡Hay personas que tienen todas esas a la vez! Si no tienen una genética
determinante para Alzheimer, solo tendrán una mala salud, pero no desarrollarán
Alzheimer... al revés, quienes tienen la genética desfavorable tendrán una
evolución más rápida de su Alzheimer.
5) Factores
inmunitarios y auto-inmunes: Ellos están especialmente determinados por los
dos factores anteriores (3 y 4) y llevan a procesos de cronicidad o de
auto-destrucción de tejidos.
6) El tiempo: El
paciente con Alzheimer es “prisionero del ahora”, ya que se ha disuelto el
acceso a las memorias de su pasado (Yin), y que no puede sostener una
planificación hacia el futuro (Yang). El “ahora” es nuestra prioridad cuando
tenemos acceso a la polaridad, pero es por así decir una suerte de cárcel si
perdemos el acceso a ella. Por suerte, perder el acceso en lo físico es algo momentáneo
como la relatividad de duración de un cuerpo físico, mientras en el nivel del
alma nada se pierde, como lo veremos en otras publicaciones. Quienes han
perdido su línea de tiempo están sencillamente “presentes”, y somos nosotros
que representamos todos sus recursos polares: la seguridad y las memorias del
pasado, la constancia y la orientación hacia algún futuro cercano. Es como si fuésemos
el camino y el bastón en la caminata del paciente con Alzheimer.
¿Qué hacer entonces?
- Cuidar que no se acumulen metales pesados en nuestro organismo: El mercurio del termómetro,
de las lámparas de bajo consumo que se rompen, o de las amalgamas. El cadmio de
las grasas de carne y de pescado o de los colorantes amarillos, rojos y morenos
contenidos en plásticos, el plomo de las tuberías antiguas de agua o de alguna estructura
de “plomería” por ej. del techo.
- Cuidar de no acumular metales tóxicos en el cuerpo, especialmente el Aluminio:
Se encuentra en las ollas baratas o en algunos de los antiácidos para el
estómago
- Cuidar de no consumir sin saber pesticidas y otros tóxicos, ya sea por no seleccionar
y limpiar los alimentos, o por el uso de insecticidas en la casa, o por tocar
pinturas y substancias que usamos en el trabajo, o en nuestros hobbies.
-Evitemos la pasividad en todas sus formas: Enfrentemos los desafíos, aprendamos cosas nuevas como nuestros abuelos aprenden computacón, hagamos yoga en vez de consumir resultados
deportivos en la tele, respiremos en vez de comprar oxígeno, invitemos en vez
de dejarnos invitar, cultivemos excepciones en vez de hacernos encarcelar
por costumbres, etc...
- Aclaremos todos los tabúes que podemos reconocer. Cada oscurantismo llega a
una zona oscura en la creación, en vez de crear una zona de luz, bien irrigada
y limpia. Hasta “lo imperdonable” tiene que salir a la luz, y desafiar nuestra
incondicionalidad hacia la vida, nuestra sabiduría y nuestra capacidad real de
amar. No nos olvidemos que todo lo que vive se nutre de oscuridad que sale a la
luz: El abono en la tierra, el “descubrir” o “desvelar”, el “nacer”, el “liberar”,
etc... ¡No podemos esperar que nuestro cuerpo funcione perfectamente si nosotros
no funcionamos a favor de la vida!
- Evitemos los excesos de lácteos, y aprendamos a disfrutar de vez en cuando,
pero de verdad, lo que más nos cuesta dejar.
- He recibido muy buenas retroalimentaciones de pacientes que hicieron “baños
iónicos” de pies. Es un sistema muy controversial pero sin peligro si la
instalación está correcta, que polariza las membranas de los vasos sanguíneos a
partir de tensiones entre 18 y 28 volt, produciendo una electrólisis del agua
con producción de espuma, color y óxidos metálicos. Lo hemos testeado con rigor
científico en tres clínicas de mi red interdisciplinaria entre 1999 y 2004 con resultados nítidamente positivos
en algunas marcas, y poco convincentes en otras marcas. La marca más eficiente en
nuestros testeos se llamaba “BodyDetox”. (¡no tengo acciones allá ni
preferencias personales!) No se sabe mucho sobre el mecanismo de acción, lo que
invita a las hipótesis. Pudimos comprobar que el aluminio, el plomo, el cadmio
y el mercurio se eliminaban de manera forzada a través de la orina de los
pacientes luego de cada aplicación. Lo importante es que puede ayudar.
- Por suerte, los últimos años han permitido llegar a medicamentos químicos mucho
más eficientes, que permiten cambiar radicalmente el proceso de degeneración.
- No desesperemos por ver a una persona regresar a un estado de total
dependencia. Es como una flor que se está marchitando: ¡No significa que el agua
también se marchitará! Un ser humano en proceso de Alzheimer, como el agua,
está siempre igual, a pesar de que sus canales de comunicación con el mundo
físico se apaguen, de manera similar al telecomando de un vehículo, cuyas pilas
no alcanzan más para que pase la información.
El cuerpo necesita del sistema nervioso para traducir la
presencia del ser inmaterial que somos como un celular necesita de su antena
para traducir la presencia de una onda inmaterial que te está llamando. La
destrucción progresiva del sistema nervioso es entonces como una antena rota
con cortocircuitos en tu celular: Una vez pasa la presencia, otra vez no pasa. Finalmente,
el celular está sin uso, y el llamado tampoco llega a destino. Esta “separación
entre los mundos” de dimensionalidad distinta es suficiente para reducir las
funciones de organización a un mínimo, pero no suficiente como para apagar las
funciones vitales de quien está afectado por esta enfermedad... Es una suerte
de muerte en un cuerpo vivo, en el que el espíritu de la persona está cautivo
en un cuerpo con el que no tiene más interacciones completas. Aun así puede ser
una situación altamente evolutiva tanto para la persona afectada como para su
entorno. Es tiempo de revisar las heridas, los prejuicios y los odios del
pasado, y de permitir que las energías que les acompañaron se limpien. Una vez que este
proceso ha terminado, el ser cautivo en un sistema destruido puede liberarse de
las huellas que dejó, y empezar de nuevo su camino de autodeterminación en su
viaje evolutivo.
Espero que ese escrito pueda dar alguna orientación, y algún
consuelo para los miembros de las familias afectadas. Si tienes alguna sugerencia para que publique más informaciones valiosas, ¡envíamelas por mail!
Jean Niklaus, médico, pres. de la Fundación Medicina de Sistemas
www.medicinadesistemas.blogspot.com
Todos derechos registrados en el registro de la propiedad intelectual.
Se puede publicar en la web bajo indicación legible de su proveniencia.
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