REFLEXIÓN SOBRE CONCEPTOS DE DIOS:
ATEÍSMO-MONOTEÍSMO-LUCROTEÍSMO
O CENTROTEÍSMO...
Queridos lectores quisiera dejarles una reflexión para inspirarlos a tener otra mirada respecto a las tradiciones limitadas hasta hoy con repecto a los conceptos de divinidad.
Sin el ánimo de querer herir suceptibilidades, solo mostrarles esta nueva perspectiva que obtuve en meditación. Se trata de salir de lo sectario conocido para introducirnos en un nuevo paradigma.
Todos sabemos que el monoteísmo es la creencia "en un solo Dios". Es como "el" agua, no hay un plural del agua que tenemos en nuestro cuerpo físico, pues es una esencia. Theos en griego significa "Dios". Inseparables del monoteísmo son las luchas históricas entre quienes creyeron y todavía creen tener en su mano el único conocimiento genuíno de su nombre y de sus enseñanzas... El nombre "ateísmo" se refiere al descreimiento en un Dios tal como lo enseñan las iglesias, pero no significa necesariamtente que haya un descreímiento completo de una "Fuerza Mayor". El movimiento ateísta de la actualidad está creciendo mucho, como respuesta a las incoherencias de las instituciones religiosas.
Desde el nacimiento de la humanidad aparecieron creencias diversas con respecto a los conceptos de Dios. La historia nos enseña que ellas llevaron siempre a conflictos. Ya sea por conflictos internos consigo mismo, o entre grupos religiosos de diferentes denominaciones que se enfrentan entre sí “en el nombre del amor”... Parece una verdadera locura esquizofrénica aquella de querer separar todo y a todo precio en el nombre del máximo unificador de la creación, no?
La imagen de Dios se ha "comercializado", como un producto más, para hacer creer al otro que el hecho de tener un "aliado poderoso" (En el nombre de Dios, o del amor, al estilo gran hermano) justifica el "tener la razón".
Según las circunstancias se usan herramientas humanas diferentes: Se puede hablar del amor infinito de Dios, o de su castigo, de su enojo, de su juicio justificado por nuestra maldad o por algún pecado nuestro. En otros momentos se habla de la incondiconalidad y de su misericordia. La verdad, creo que estamos haciendo de esto una "cocina oportunista", sirviendo caprichosamente las formas de salsas que corresponden a nuestro gusto, usando conceptos de Dios humanisados, como si "El" fuese un muñeco a disposición de nuestro Ego, un gran hermano fácil de convencer para servir a nuestra sed de dominación...
Lo podemos ver con humor y reír de nosotros mismos, o lo podemos considerar como poco evolutivo de nuestra parte... lo primero es más liviano.
Quizás
haya algún ateísta que este aprovechando la ausencia de un ojo
inquisidor para hacer lo que se le ocurra, o para dedicarse a luchar
contra las incoherencias de las iglesias. Hay muchas personas que son
realmente ejemplos increíbles como seres profundamente humanos,
participativos y amorosos. Hay quienes dedican su vida a Dios, lo que en
sí creo que es un propósito más que honorable, pero que no se dan
cuenta que se están dedicando más a la interpretación del hombre con
respecto al concepto de Dios que a la esencia de unión que intuimos
detrás de la omnipresencia de un Dios Universal... Si no fuese así, no
existirían las luchas de opiniones! Algunos "dedicados a Dios" parecen
apagados, (y no son pocos) como si emanara de sus poros la decepción
de no haber encontrado lo que buscan sinceramente. Aún así hablan de la
"alegría del reíno de Dios" sin darse cuenta de que no parecen muy
convincentes con sus hechos.
Todos arriesgamos estar atrapados en dogmas si pensamos demasiado, si pensamos que las cosas esenciales (esencia="sin forma") de Dios se pueden aprender desde el reino de las formas... Es exactamente como la gran confusión que hacemos entre el hacer, el tener y el SER... No somos nuestro nombre: lo tenemos, como nuestro cuerpo, como también nuestra formación y nuestros errores, que sean considerados como pecados o no: No cambian nada respecto a nuestro SER: Haber HECHO un acto considerado por algunos como “pecado” no toca al "ser", solo el “hacer”.
Todos arriesgamos estar atrapados en dogmas si pensamos demasiado, si pensamos que las cosas esenciales (esencia="sin forma") de Dios se pueden aprender desde el reino de las formas... Es exactamente como la gran confusión que hacemos entre el hacer, el tener y el SER... No somos nuestro nombre: lo tenemos, como nuestro cuerpo, como también nuestra formación y nuestros errores, que sean considerados como pecados o no: No cambian nada respecto a nuestro SER: Haber HECHO un acto considerado por algunos como “pecado” no toca al "ser", solo el “hacer”.
Observamos en distintas culturas alrededor del planeta que hay una tendencia sistemática de exteriorizar a Dios, y de darle formas
diversas para satisfacer nuestro deseo de poder imaginarlo. Pero
irónicamente estas formas son testigos de nuestra limitación proyectiva.
En África por ejemplo y en culturas originarias de allá, Dios es visto
con piel negra, en china con ojos rasgados, en México, Dios está
representado por el tipo de imágenes que se crean bajo la acción de la
sustancia chamánica llamada peyote que se usa tradicionalmente para
"encontrarse con lo divino" en encuentros ritualistas... Dios parece
estar "lejos" y "difícil" de encontrar sin el latín, sin monasterio,
droga o visión extraordinaria, aún si hablamos de que ÉL (tendrá género
masculino?) está supuestamente "en" todo... Podemos ver entonces que las
imágenes de Dios de cualquier cultura siempre espejan lo que sus
integrantes son capaces de ver en las formas...
Las grandes “leyes de la vida” no tienen forma en sí misma, sino que son ellas las que permiten la creación de formas. Desde el común denominador que encontramos atrás de estas formas podemos intuir lo que es el concepto sin forma de “Dios”. El pensamiento es incapaz de imaginar sin usar formas!, por eso no se puede "pensar la deidad", solo se puede reconectarse con ella y vivirla, experimentarla en uno mismo... Dejando el pensamiento tranquilo. Es como el amor: no se piensa, se practica.
Las grandes “leyes de la vida” no tienen forma en sí misma, sino que son ellas las que permiten la creación de formas. Desde el común denominador que encontramos atrás de estas formas podemos intuir lo que es el concepto sin forma de “Dios”. El pensamiento es incapaz de imaginar sin usar formas!, por eso no se puede "pensar la deidad", solo se puede reconectarse con ella y vivirla, experimentarla en uno mismo... Dejando el pensamiento tranquilo. Es como el amor: no se piensa, se practica.
Vemos que el Ateísmo, el Monoteísmo, el Panteísmo y el Politeísmo
son intentos anticuados para describir lo que es casi indescriptible:
Un ensamble de leyes maestras que encontramos intuitivamente detrás de
todo lo que conocemos. ¿Por qué anticuado? Es sencillo: Imagínate como
sería si intentáramos describir los reglamentos de una empresa usando
tradicionalmente y desde siempre un muñeco, dándole un nombre, un color
de piel. Todos los ejecutivos se estarían peleando por el
nombre "más verdadero" posible. Qué tendría que ver este muñeco con la
comprensión y la implementación de los reglamentos? Si lo divino es
una esencia, no puede ser al mismo tiempo una figura, ni puede tener el
nombre de una figura: Esta esencia es lo que somos y que empezamos a percibir cuando nos limpiamos de lo que no nos pertenece.
Querer dar un nombre a una esencia de esencias es como querer nombrar lineas de magnetismo de un imán... o tener la ingenuidad de querer "saber" el nombre de las moléculas del aire... es comprensible y humano, pero sencillamente absurdo. También habla de que estamos todavía tan proyectivos como hace tres mil años.
Cómo describiría un técnico del siglo XVIII el interior de una pantalla de televisión? él se imaginaría probablemente un montón de pequeños seres (humanos) trabajando, o creería que es la obra de demonios... (todavía hay personas que piensan así respecto a la técnica hoy en día!) Así funciona nuestra mente: Inventándose lo que no se puede explicar, aún afirmándolo vehementemente después de la prueba contraria, eligiendo el "tener la razón" en vez de aceptar sus límites y maravillarse.
Intentamos instintivamente darle una forma, una piel, una barba al misterio creador llamado Dios, omitiendo obviamente darle intestinos o problemas de salud y hasta intentamos implementarle nuestros propios "codigos de honor" (que en realidad espejan nuestra soberbia) a Dios. O descalificamos la forma en que otros pueblos decidieron imaginárselo, o también queremos argumentar que no hay “reglas universales” que rigen el universo que conocemos... Mientras tanto estamos malgastando nuestra energía, haciéndonos tan ridículos como los faraones que sacrificaban la vida de miles de esclavos en la construcción egótica delirante de sus tumbas llamadas pirámides destinadas a satisfacer una ilusión de inmortalidad, para compensar sus miedos a la muerte con cuentos y con imágenes rebuscadas de sus Dioses enajenados, conflictivos y caprichosos. Otro ejemplo de proyección primitiva lo vemos en los sacrificios mayas con la decapitación de miles de cabezas humanas puestas como "ofrenda" pudriente al sol del caribe arriba de palos, para que los dioses los tomen en serio y les hagan favores como trayéndoles más lluvia o protegiéndolos de sus enemigos... Ridículos y dañinos como la inquisición que prohibía bajo amenaza de penas violentas hacer pinturas con piel visible y estatuas que no fueran de santos: “Para no caer en la idolatría”. Que paradoja! No fue idolatría cuando se trataba de santos?. ¿Y nos acordamos de los mismos inquisidores que justificaban sus acciones bélicas sin querer darse cuenta que actuaban peor que el peor de los diablos que pretendían combatir...? Ellos se habían auto-elegido como los representantes de la incondicionalidad y misericordia divina y la han impuesto a sangre fría bajo amenazas y matanzas. Ellos mismos implementaron el concepto de “culpa innata” a personas que estaban viviendo en paz y que aún hoy se ven contaminadas por la historia y las injusticias realizadas de generación en generación.
Entonces me pregunto: ¿Seguiremos siendo los mismos títeres absurdos de la antigüedad ante los ojos de nuestros bisnietos? ¿Nos hace falta todavía más ejemplos de lo que no hay que hacer como seres humanos?
Querer dar un nombre a una esencia de esencias es como querer nombrar lineas de magnetismo de un imán... o tener la ingenuidad de querer "saber" el nombre de las moléculas del aire... es comprensible y humano, pero sencillamente absurdo. También habla de que estamos todavía tan proyectivos como hace tres mil años.
Cómo describiría un técnico del siglo XVIII el interior de una pantalla de televisión? él se imaginaría probablemente un montón de pequeños seres (humanos) trabajando, o creería que es la obra de demonios... (todavía hay personas que piensan así respecto a la técnica hoy en día!) Así funciona nuestra mente: Inventándose lo que no se puede explicar, aún afirmándolo vehementemente después de la prueba contraria, eligiendo el "tener la razón" en vez de aceptar sus límites y maravillarse.
Intentamos instintivamente darle una forma, una piel, una barba al misterio creador llamado Dios, omitiendo obviamente darle intestinos o problemas de salud y hasta intentamos implementarle nuestros propios "codigos de honor" (que en realidad espejan nuestra soberbia) a Dios. O descalificamos la forma en que otros pueblos decidieron imaginárselo, o también queremos argumentar que no hay “reglas universales” que rigen el universo que conocemos... Mientras tanto estamos malgastando nuestra energía, haciéndonos tan ridículos como los faraones que sacrificaban la vida de miles de esclavos en la construcción egótica delirante de sus tumbas llamadas pirámides destinadas a satisfacer una ilusión de inmortalidad, para compensar sus miedos a la muerte con cuentos y con imágenes rebuscadas de sus Dioses enajenados, conflictivos y caprichosos. Otro ejemplo de proyección primitiva lo vemos en los sacrificios mayas con la decapitación de miles de cabezas humanas puestas como "ofrenda" pudriente al sol del caribe arriba de palos, para que los dioses los tomen en serio y les hagan favores como trayéndoles más lluvia o protegiéndolos de sus enemigos... Ridículos y dañinos como la inquisición que prohibía bajo amenaza de penas violentas hacer pinturas con piel visible y estatuas que no fueran de santos: “Para no caer en la idolatría”. Que paradoja! No fue idolatría cuando se trataba de santos?. ¿Y nos acordamos de los mismos inquisidores que justificaban sus acciones bélicas sin querer darse cuenta que actuaban peor que el peor de los diablos que pretendían combatir...? Ellos se habían auto-elegido como los representantes de la incondicionalidad y misericordia divina y la han impuesto a sangre fría bajo amenazas y matanzas. Ellos mismos implementaron el concepto de “culpa innata” a personas que estaban viviendo en paz y que aún hoy se ven contaminadas por la historia y las injusticias realizadas de generación en generación.
Entonces me pregunto: ¿Seguiremos siendo los mismos títeres absurdos de la antigüedad ante los ojos de nuestros bisnietos? ¿Nos hace falta todavía más ejemplos de lo que no hay que hacer como seres humanos?
¿Preferimos esperar?... ¿Dejaremos en nuestra espera eterna que se destruya el planeta entero?
Seamos realistas: ¿Queremos de verdad continuar con la locura? ¿Queremos continuar con las enemistades de teorías? ¿Estamos todavía tan neandertales que necesitamos matar al vecino por su manera diferente de cantar? ¡Hey!! Despertemos! Hemos vivido miles de años en un LUCROTEÍSMO humano bajo excusas de monoteísmo, politeísmo o cualquier teísmo que sea... Hemos usado imágenes y símbolos que evocan el “mejor ser” o el “ser superior” a lo largo de los tiempos como para seleccionar y unir grupos desde el sentido innato de unión que tenemos en nosotros... Es abusar de nuestra pureza de niño para ponernos en la psicosis colectiva que cree que “ahora todavía no se puede, pero si haces lo que te decimos, después lo tendrás”... vivimos en imágenes, en esperanzas en vez de participar de la vida!
Estamos dispuestos a seguir siendo esclavos de nuestras imágenes?
Hemos visto hasta dónde nos ha llevado el Lucroteísmo.
Lo llamo así porque nuestro comportamiento histórico se refiere al
bienestar y la ventaja personal (lucro) a costa de otros o del ambiente!
Eso no es un “compartir”! Es un proceso de disociación. La etimología
del nombre “diablo” viene de “dia-bolo”, y significa “aquel que disocia,
que siembra la discordia, el calumniador”. Lucroteísmo y separación van
junto al individualismo, y las grandes religiones del mundo muestran
por sus hechos que representan una forma de “individualismo colectivo”:
Algo como tribus que están listas para sacrificar su gente y su ambiente
con cualquier forma de lucha que sea para mostrar a otra tribu que
tienen más derecho de existir, más cercanía de Dios y más "razón" en su
creencia... Y NO necesariamente por sus actos: Únicamente por sus
creencias!!
Mostrar su divinidad por la imposición no es realmente la mejor manera de probar su credibilidad como representantes del amor universal de Dios.
Mostrar su divinidad por la imposición no es realmente la mejor manera de probar su credibilidad como representantes del amor universal de Dios.
La Medicina de Sistemas es una clínica virtual para procesos de sanación social.
Ella se basa en el Neo-Evidencialismo, que es un estudio exacto de los
procesos regulatorios que llevan a la “sanación” en
todos los niveles y todas sus formas. Lo sano resulta de la capacidad de
re-posicionamiento. Y el posicionamiento sano resulta del vínculo que
existe con una referencia absoluta, mientras el posicionamiento precario
depende de referencias relativas o falsas.
No hay referencias absolutas en el exterior: Solo existe lo absoluto en el interior. Para entenderlo con una metáfora podemos usar el modelo de una célula: La referencia externa de la célula cambia a cada rato: Por ejemplo el azúcar, la sequía y células agresivas en su entorno cambian su situación de vida a cada instante, mientras su centro le ofrece un referencial de ADN constante, de por vida, capaz de darle todas las referencias necesarias hasta aquellas para realizar su apoptosis (muerte discreta sin daño para su ambiente). Como las células, todo ser existente tiene referencias, desafíos, tratamientos y agresiones desde lo relativo de afuera, y referencias absolutas desde adentro.
Encontrar nuestro centro significa aprender a vernos, a SER VISTOS profundamente por nosotros mismos, desde la inocencia de nuestro origen, desde el “Ser Divino” en nosotros, encontrando la referencia absoluta que nos vincula con lo único divino en la creación con el que tenemos un acceso directo, con nuestro cestro centro, como hijos de la creación, como representantes individuales del Creador universal, más allá de las formas, como por ejemplo nuestro libre albedrío, nuestros caprichos, nuestras proyecciones, nuestras opiniones, nuestros errores...
No hay referencias absolutas en el exterior: Solo existe lo absoluto en el interior. Para entenderlo con una metáfora podemos usar el modelo de una célula: La referencia externa de la célula cambia a cada rato: Por ejemplo el azúcar, la sequía y células agresivas en su entorno cambian su situación de vida a cada instante, mientras su centro le ofrece un referencial de ADN constante, de por vida, capaz de darle todas las referencias necesarias hasta aquellas para realizar su apoptosis (muerte discreta sin daño para su ambiente). Como las células, todo ser existente tiene referencias, desafíos, tratamientos y agresiones desde lo relativo de afuera, y referencias absolutas desde adentro.
Encontrar nuestro centro significa aprender a vernos, a SER VISTOS profundamente por nosotros mismos, desde la inocencia de nuestro origen, desde el “Ser Divino” en nosotros, encontrando la referencia absoluta que nos vincula con lo único divino en la creación con el que tenemos un acceso directo, con nuestro cestro centro, como hijos de la creación, como representantes individuales del Creador universal, más allá de las formas, como por ejemplo nuestro libre albedrío, nuestros caprichos, nuestras proyecciones, nuestras opiniones, nuestros errores...
Esta revinculación con nuestro centro es lo que me llevó a llamarle el CENTROTEÍSMO. Que sorprendente que no he podido localizar ninguna fuente anterior que use este término! Esta palabra nueva y evolutiva está destinada a reemplazar los conceptos anticuados de “Dios afuera, hecho a nuestra imagen” con un concepto sin imagen
de una esencia propia representante de la esencia magnífica, referente y
sanadora universal de un “Dios sin nombre ni forma”. El centroteísmo reemplaza
aquellos conceptos de una “felicidad condicional dilatada” con una
cultura de felicidad menos consumista, en el “aquí, ahora”...
Dios no es una figura, y menos una figura humana: “El” tiene en nosotros millares de "células individuales" (poco disciplinadas!) que están co-creando constantemente nuevos desafíos evolutivos. Lo fatal es que están intentando resolver estos desafíos de una manera tan descolgada e individualista que las co-creaciones que hemos conseguido no han parado de ser destructivas y dañinas a lo largo de nuestras culturas en vez de fertilizar la tierra y el más allá de lo físico con una postura de servicio profundamente respetuosa.
Dios no es una figura, y menos una figura humana: “El” tiene en nosotros millares de "células individuales" (poco disciplinadas!) que están co-creando constantemente nuevos desafíos evolutivos. Lo fatal es que están intentando resolver estos desafíos de una manera tan descolgada e individualista que las co-creaciones que hemos conseguido no han parado de ser destructivas y dañinas a lo largo de nuestras culturas en vez de fertilizar la tierra y el más allá de lo físico con una postura de servicio profundamente respetuosa.
El centroteísmo no es una religión, ni una anti-religión: Es
un proceso de reposicionamiento que pasa por el cuidado de los valores y
de las prioridades de valores evolutivos, sin aspecto moralizador:
Empezamos descubriendo el valor de nuestro SER, conectándonos con él, ya
sea meditando, observando, intuyendo, trabajando, participando. Desde
este valor empezamos a reorientar nuestras elecciones, nuestras
creaciones personales, lo que nos permite reordenar nuestras
prioridades. Es todo, pero es mucho: Es el inicio de una espiritualidad aplicada, de una unión solidaria sin la necesidad de socializar como tribus, sin la necesidad de aislarse como individualistas. Es una red de confianza. Es la anatomía inmaterial de un poliorganismo humano que necesita nuestra presencia, nuestro aporte, nuestro servicio.
Jean Niklaus, 23 de Noviembre 2010
Todos derechos registrados
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